Hace tiempo os hablé del magnífico imaginero zamorano Ramón Álvarez, el cual dejó magníficos grupos escultóricos. Pues bien, hoy os voy a hablar de otro imaginero esta vez valenciano, que dejó una gran huella en la Semana Santa zamorana; Mariano Benlliure.
Su nombre completo era Mariano Benlliure y Gil, nació el 8 de septiembre de 1862 en Valencia, en el seno de una familia humilde de tradición artística y falleció en Madrid en 1947.
Fue un artista precoz, como demuestra en Zamora, y
extraordinariamente prolífico, que alcanzó muy pronto fama y éxito que
le acompañaron durante su vida, llegando a ser el escultor preferido por
la sociedad de su tiempo.
Está considerado como el último gran maestro del realismo
decimonónico. Con una técnica minuciosa y detallista, realizó una
producción numerosa de temática variada, entre la que destacan retratos,
conjuntos conmemorativos, asuntos taurinos e imaginería religiosa.
Reside en 1878 en nuestra ciudad junto a su familia, debido a los
trabajos de decoración que realiza su padre en el domicilio de su amigo,
el ingeniero del ferrocarril Medina-Zamora, D. Federico Cantero.
Con tan solo 15 años recibe el encargo de realizar las ocho figuras
del paso "Jesús Descendido" (la primera obra importante de este genial
escultor valenciano), gracias a la intervención económica que en su
favor realiza D. Federico Cantero, aportando 5.000 reales (de los 12.000
que costó el paso) para su ejecución. Esta cantidad favoreció sin duda
la decisión de la Real Cofradía del Santo Entierro por el joven de 16
años, frente a la propuesta del imaginero local Ramón Álvarez. La
anécdota de esta obra que siempre recordaba Benlliure, fue el desahucio
familiar de la vivienda que tenían alquilada en Madrid (C/ Goya nº
13-4º) al tener que derribar una pared para sacar a la calle el grupo
formado por la Virgen y el Hijo. Representa el momento posterior al descendimiento de Cristo. El
centro lo ocupa el cuerpo muerto del Salvador, tendido sobre el sudario y
recogido por su Madre en el regazo. La Virgen, sedente junto a la cruz,
eleva la mirada al cielo mientras en un gesto de dolor, acerca la mano
izquierda hasta su frente y apoya la derecha sobre la cabeza del Hijo.
Circundan la escena José de Arimatea y Nicodemo, a ambos lados de la
cruz, San Juan y María Magdalena a la derecha, y María Cleofás y María
Salomé a la izquierda.
.JPG)
Quizás en el mejor momento de su trayectoria artística, en 1930-31,
se le encarga la obra Camino del Calvario para la cofradía de Jesús
Nazareno, uno de los mejores grupos del afamado escultor. El Redentor
camino del Gólgota lo tituló Benlliure, Redención lo bautizaron los
zamoranos. Tiene tres imágenes: Jesús camino del Calvario, Simón de
Cirene que le ayuda a llevar la cruz, y María Magdalena en el suelo. El
artista consiguió unos efectos de luz tan novedosos con el uso de
diferentes maderas y la chapa de latón que añadió a la cruz, que todavía
hoy despierta admiración. La mesa también fue diseñada por Benlliure, tallada por Juan García
Talens, representando en sus relieves las obras de misericordia y las
virtudes teologales.
El paso fue bendecido el 31 de marzo de 1931 y desfila por primera
vez la madrugada del Viernes Santo de ese año. Su costo 25.000 pesetas.
Benlliure es desde el estreno de Redención “Hermano Honorario” de la
Cofradía de Jesús Nazareno e “Hijo Adoptivo” de la ciudad de Zamora.
El Museo Provincial de Zamora conserva la maqueta de otro paso del
valenciano, el boceto de las "Tres Marías y San Juan", diseñado para
completar la escena que forma Redención. Esta obra fue realizada por el
escultor pero figura en los desfiles procesionales de Crevillente al no
llegar a buen término las negociaciones con el autor.